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Fogueo, de David Sainz

Hay muchas grandes películas sobre el mundo del cine, no tantas sobre el mundo del cine amateur (The Disaster Artist, James Franco, 2017; Arrebato, Iván Zulueta, 1979), pero mucho menos abunda el cine amateur sobre el cine amateur. Fogueo (2016) es el segundo largometraje del rey Midas de las webseries españolas, David Sainz. Fue presentada en el Festival de Las Palmas de Gran Canaria en su edición de 2017, y desde ese momento permanece más o menos olvidada, tal vez menos para los completistas de la obra del creador de Malviviendo, que no son pocos. Esta película es un canto, o más bien un grafiti en un vagón desvencijado, a atreverse a cumplir con el propio destino, signifique eso lo que signifique.

El argumento nos cuenta cómo Dante (no intenten buscar un significado profundo al empleo de tal nombre para el personaje, es como se llama el actor que lo interpreta), el dueño de un videoclub en la era del emule, cumple su sueño de rodar una película. Lo hace con algunos amigos, pocos profesionales y ningún dinero. Todo va siendo narrado por la voz over de su hermano, que sufrió un accidente en el pasado y quedó en silla de ruedas sin poder moverse ni hablar, como un observador perpetuo. Mientras, una trama de robos, mafia y drogas, similar a la de la película de Danta, se cruza con el rodaje ficticio. Todo confluye, como debe ser, al final. Acaban la película, se resuelve la trama del robo, y todo acaba bien.

O sería así, si todos los personajes de David Sainz no fueran unos perdedores, condenados a vivir en la miseria y la mediocridad para siempre. La película está íntegramente rodada en Dos Hermanas, ese suburbio de Sevilla que parece inspirar al director canario más que Nueva York a Woody Allen, llenando el lugar de personajes que cualquier urbanita clasemedia llamaría inadaptados, pero que en realidad están perfectamente adaptados. Lo que pasa es que lo están a su contexto: el extrarradio bajofondista, el lumpen, en definitiva, la pobreza. Pero Sainz, hijo de Las Rehoyas y El Polvorín, abraza y defiende ese contexto porque es el suyo, perfilando personalidades tan clase baja como entrañables y leales, dignificándoles y reivindicándoles.

En su ejercicio metalingüístico, tiene claras referencias a películas como Clerks (Kevin Smith, 1994), con esos circunloquios inanes en el videoclub sobre si Batman es un héroe de verdad o no, El Protegido (M. Night Shyamalan, 2001), e incluso podríamos pensar en el cine quinqui español de los 80. Pero si hay una referencia constante en la película de David Sainz es, por encima de cualquier otra, David Sainz. Pasa medio Malviviendo por la pantalla, que también fue rodado en Dos Hermanas, y pareciera incluso una trama cruzada de la webserie. Y, junto a los malvivientes, tenemos a Aarón Gómez, Pablo Nicasso o Juan Amodeo, todos amigos de Sainz dentro y fuera del ordenador. El guion es una concatenación algo deshilvanada de escenas-sketches (en ocasiones) muy poco narrativos, que hacen tropezar la trama casi más que sus interpretaciones, de las que no se puede decir nada bueno. Pero es que hasta esas interpretaciones parecen sainzdescas, precisamente porque son grotescas. Ya en Malviviendo los actores y actrices estaban mal, y aun así, proyecto tras proyecto, serie tras serie, coge a intérpretes no profesionales (con excepciones concretas como Antonio Dechent, Luifer Rodríguez o Leonor Lavado) por la principal razón de que son parte de su mundo. 

El tema de las malas interpretaciones entronca con una falta notable de creatividad en la realización y una torpeza considerable en el montaje, siendo además que David Sainz en ese momento ya había participado en series como El Ministerio del Tiempo de RTVE, y probablemente habría conseguido más presupuesto del que esta película presume, menor o igual que poquísimo. Sin embargo, de nuevo, pareciera que David Sainz tiene una curiosa querencia por el cine hecho con las piedras. Y consigue transmitir una suerte épica en ello. El rótulo final de la película es una dedicatoria a todas esas personas que se atrevieron alguna vez a emprender el vuelo para cumplir un sueño improbable. Completa así el laberinto de espejos que es Fogueo, una película en la que David Sainz se deshace en cada plano, pero sin llegar a tomarse demasiado en serio.

Algunos datos sobre la película Fogueo, de David Sainz

Título: Fogueo
Duración: 110 min
Género:: Comedia
Año: 2017
Dirección: David Sainz
Guion: David Sainz y Manuel Noguera del Ojo
Producción: Diffferent Entertainment SL

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