Sara Daroca, antimother de cuatro niños y matrona con diversidad funcional, se une como colaboradora a Alegando! Magazine para hablarnos sobre maternidad y crianza desde una visión llena de sentido común y mucho humor. Ella dice que con su trabajo busca que las familias nunca olviden la maravillosa experiencia de ser padres.
Eres madre de cuatro niños y matrona, pero en tu Instagram te defines como antimother. Háblanos un poco sobre esto.
Nadie te prepara para ser madre, y las expectativas de las maternidad son muy altas, la sociedad nos vende una maternidad perfecta, idealizada, con madres valientes, poderosas, trabajadoras, que pueden con todo, unas “superwoman”. Y cuando te haces madre, por primera vez, como fue mi caso, te das cuenta que a medida que pasa el tiempo, el castillo se derrumba a tus pies, que no eres la perfecta madre que querías ser, que tu vida no es como te la has querido imaginar, y que aún siendo matrona, de maternidad te queda mucho que aprender.
Durante mi tercer embarazo, puse en marcha en mi mente un proyecto, que vió la luz meses más tarde, cuando ya llevaba meses en la andadura de una antimother de familia numerosa. Tenía mil anécdotas que contar, mil fallos de los que reirme, ser madre de cuatros niños daba mucho juego para contar mi vida desde el sentido común, y que no faltara el sentido del humor. Una forma de desmentir la maternidad perfecta, la maternidad idealizada.
Sin duda llega el día que te das cuenta que como madre eres imperfecta, pero que eres una madraza, porque lo único que has hecho es criar con sentido común y mucho amor a tus hijos. Cuando haces las cosas desde este punto de vista nunca te sentirás mal por tus fallos. Me encanta ser una madre imperfecta, una “antimother”, una madre que llora cuando acaba el día, una madre con rabietas cuando no puede más, una madre que se ríe de sus imperfecciones, y que llena de besos a sus hijos antes de dormir.
Sin olvidarnos que por ser madres no dejamos de ser mujeres, amantes y amigas. No debemos dejar de ser las protagonistas de nuestra propia vida.
Cuéntanos sobre tu diversidad funcional. ¿Con qué prejuicios te has topado a nivel personal y profesional?
Bueno, mi diversidad funcional viene de serie, a consecuencia de la rubéola que sufrió mi madre durante su primer trimestre de embarazo. Ésta me ocasionó una malformación en mi ojo izquierdo, donde actualmente llevo una prótesis ocular, y una reducción de la visión en mi ojo derecho.
¿Prejuicios? Muchos… tanto en la infancia, como siendo adulta. La verdad, no sé cuando esos prejuicios me han marcado más, si en la infancia o ahora. Los niños son niños, pero pueden ser muy crueles, fueron pocos pero los hubieron. Pero sin duda, los que más duelen son los que proceden de los adultos. Sin embargo, siempre les doy las gracias, porque soy quien soy gracias a ellos, porque hicieron que luchara por lo que quería y que mi diversidad no fueran una barrera para mi desarrollo personal y profesional.
En el desarrollo de mi profesión, los prejuicios han estado, están y estarán, pero la experiencia te enseña a que pasen desapercibidos, a que pasen de largo. Cuando unos padres te dan un abrazo y te dicen que nunca olvidarán a la matrona que los acompañó en ese momento tan importante de sus vidas, esos prejuicios se diluyen y se pierden. Me hacen sentir orgullosa de la persona y la profesional que he llegado a ser.
Cuando unos padres te dan un abrazo y te dicen que nunca olvidarán a la matrona que los acompañó en ese momento tan importante de sus vidas, esos prejuicios se diluyen y se pierden.
¿Cómo es un día cualquiera de una mamá pirata como tú?
Simplemente, una caótica aventura, llena de anécdotas, tropezones, historias, juegos, aprendizajes, risas, lloros… y mucho, pero que mucho trabajo. Siempre contra reloj, aunque intente meter en mi día a día la filosofía de vida “slow”, aprendes a disfrutar de los momentos, aunque no te puedas sentar a contemplarlos. Siempre me faltan horas al día, a pesar de que no estoy sola en esto, y que el trabajo es compartido con mi capitán pirata. Y aunque el tiempo no juega a mi favor, siempre busco algo nuevo que hacer, un nuevo barco que capitanear, una nueva aventura que correr con mi pequeña tripulación. Los días pasan muy rápido, entre mucho trabajo y cuidar y disfrutar de mi familia. Mi día es como el de cualquier madre trabajadora… un caos.
¿Qué te llevó a elegir la profesión de matrona y no otra?
Durante mi infancia pasé mucho tiempo entre médicos, enfermeras, consultas y quirófanos. Me fascinó ese ambiente. Sabía que de mayor quería ser médico. Y no me digas porqué, con 10 años sabía que quería ser ginecóloga, luego forense… Pero finalmente estudié enfermería, mi mejor elección. Siempre me acordaré de las enfermeras que me cuidaron en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Quería ser como ellas. Después de 8 años como enfermera, me animaron a hacer la especialidad de ginecología y obstetricia, conocida como matrona. Lo conseguí después de dos años de formación como enfermera residente. Y ahora estoy aquí, matrona, madre, viendo y viviendo la maternidad de otra forma.
Desde tu perspectiva como matrona, ¿cómo analizas el sentimiento de frustración que puede generar seguir los patrones “clásicos” de crianza? ¿Y los de la llamada “crianza natural”?
Cuando buscas la perfección de algo y no lo encuentras, porque hay que tener claro que lo perfecto no existe, empiezan las frustraciones, las culpas, y el sentimiento de mala madre. Seguir patrones estrictos no es bueno, ni en la crianza ni en la vida en general. No soy partidaria de seguir ninguna tendencia. Siempre a las madres les cuento que cada una debe buscar su propia forma de criar, de vivir y de sentir. Todas las madres son únicas, cada familia es un mundo y cada hijo un tesoro. Los patrones de crianza se deben adaptar a cada maternidad y no al revés. Soy partidaria de una crianza personalizada, respetuosa, donde se elige con sentido común y donde cada elección que se haga tiene que ser respetada. No podemos ser rígidos ante la maternidad, la maternidad es única para cada familia, un proceso dinámico, que va cambiando.
Los patrones de crianza se deben adaptar a cada maternidad y no al revés. Soy partidaria de una crianza personalizada, respetuosa, donde se elige con sentido común
¿Cuáles dirías que han sido las principales conquistas que han conseguido las matronas en el servicio canario de salud?
Pues no las llamaría conquistas la verdad… Simplemente hemos ganado batallas. Al Servicio Canario de Salud le queda trabajo por delante. Es verdad que se han conseguido logros pero queda mucho trabajo que conseguir, si queremos una atención integral a la mujer.
El colectivo de matronas sigue pidiendo un aumento de la plantilla, tenemos presente a la matrona, no solo en los paritorios, donde más se nos conoce, sino que abarcamos la salud reproductiva, sexual y maternal en todas las etapas de la vida de la mujer. Así que estamos presentes en las consultas de sexualidad y anticoncepción, suelo pélvico, control de embarazo, tanto en los centros de salud como en los centros especializados.
Pero el ratio de matrona por mujeres sigue siendo insuficiente para conseguir el objetivo que plantea la OCDE (Organización por la Cooperación y el Desarrollo Económicos), y en Canarias precisamente está entre los más bajos de España. Tenemos unas 11 matronas por cada 100.000 habitantes. Vaya que yo sola puedo tener a mi cargo unos 9900 habitantes. Hay que ser muy buena para poder llegar a prestar atención integral, como queremos, a las mujeres y recién nacidos de este grupo de población.
En Canarias tenemos unas 11 matronas por cada 100.000 habitantes. Vaya que yo sola puedo tener a mi cargo unos 9900 habitantes
¿Qué queda aún por hacer para mejorar las condiciones de las mamás y bebés durante todo el proceso de gestación, parto y posparto en Canarias?
Todavía mucho, a pesar de que algunos hospitales canarios hayan entrado en el proyecto IHAN, iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia, proyecto internacional promovido por la OMS y UNICEF. Nos queda poder ofrecer a las familias, a las parejas, la posibilidad de acompañar durante todo el proceso a la futura mamá, incluirlas en todo el proceso sin olvidarnos que son un pilar fundamental.
Nos queda poder no separar el recién nacido de su madre en ningún momento, y todavía se sigue dando en nuestros hospitales pese a que las matrona estamos totalmente en contra. Nos queda conseguir que las áreas de maternidad y el servicio de urgencias de maternidad sean atendidos por enfermeras especialistas, las matronas. Estamos en proceso de todo esto, pero es un trabajo arduo y lento, donde debemos romper muchas barreras burocráticas.
Y para terminar, ¿qué nos puedes adelantar sobre tu inminente colaboración con Alegando! Magazine? ¿De qué nos vas a hablar en tu primer artículo?
Pues más allá de emocionada e ilusionada por la colaboración, pero también tremendamente nerviosa, no os creáis. Después de mi blog personal, éste es el siguiente paso para poder hablar de mi trabajo pero desde un punto de vista crítico, contrastado y real. Siempre sin olvidarme de mi esencia, el sentido común y el sentido del humor, y mi experiencia personal como madre de familia numerosa.
Hablaremos de sexo, el sexo durante el embarazo, sus peculiaridades, sus pegas, sus tabús, deseos y hormonas, fantasías…
Bueno…, hablaremos de sexo, el sexo durante el embarazo, sus peculiaridades, sus pegas, sus tabús, deseos y hormonas, fantasías… Un tema del que todo el mundo sabe, pero nadie habla, y que durante el embarazo parece quedar a la cola de las prioridades individuales y de parejas.
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