'; ; Crisis Migratoria en Canarias ✅ Llegada de inmigrantes Años 2020-2021
crisis migratoria en canarias

‘Migrar la mirada’, una docuficción sobre bulos y crisis migratoria en Canarias

crisis migratoria y humanitaria en canarias
Fotograma Migrar la mirada

El final del año 2020 y el comienzo del 2021 ha estado acompañado, además de por el baile de cifras de contagios por la enfermedad Covid-19, por noticias referentes a la crisis migratoria en Canarias. Medias verdades, medias mentiras, verdades completas y mentiras totales se han sucedido e intercambiado en redes sociales, conversaciones informales y noticias en los medios de comunicación. Los bulos han campado a sus anchas y, aunque se han tratado de desmentir por diferentes vías, han calado en un imaginario social que -para colmo de males- está bastante tocado por la crisis económica que se ha vivido por la pandemia.

Las falsedades sobre las personas que han llegado al archipiélago han corrido como la pólvora y es por ello que la Fundación Adsis ha creado Migrar la mirada dentro del proyecto de voluntariado Meraki que ofrece recursos educativos, atención y asesoramiento administrativo a jóvenes migrantes. Pero, ¿cuál es el objetivo de este vídeo-documental? Sencillamente desmentir los bulos y mostrar el proceso mediante el cual la toxicidad de estos engaños llegan a nuestra vida cotidiana a través de diferentes vías; sobre todo a través de Internet y más concretamente por redes sociales.

Así, y a través de la historia de un joven canario que tropieza con la cuestión migratoria en su día a día, esta docuficción desmonta los principales bulos e ideas preconcebidas sobre las personas que llegan a las costas canarias en situación irregular. Este video-documental co-dirigido por Pablo Vilas y Sonia Hakansson y producido por Alegando!, está disponible en abierto para todas aquellas personas interesadas en la cuestión; ya sea para desmontar ideas preconcebidas o para contar con argumentos fehacientes que nos permitan contrarrestar afirmaciones que nos llegan en nuestros núcleos más o menos cercanos.

Aquí tienes de manera online y gratuita Migrar la mirada y, a continuación, una serie de preguntas que desde Alegando! Magazine le hemos hecho a la Fundación Adsis para ahondar en la complejidad de la crisis humanitaria que se está viviendo en Canarias. Para terminar, nos detendremos en el informe Migración en Canarias, la emergencia previsible realizado por CEAR-Canarias para entender qué es lo que está pasando en el archipiélago en relación al fenómeno migratorio. Toda esta información, aunque se manera escueta, te permitirá descodificar mejor los mensajes que te llegan continuamente sobre migración irregular en Canarias y poder, con ello, tener más herramientas críticas con las que analizar los diferentes discursos que confluyen y antagonizan sobre esta cuestión.

Entrevista a la Fundación Adsis sobre la crisis migratoria en Canarias

Partimos de que Canarias es un lugar de frontera y que con las actuales políticas migratorias seguirán llegando personas de manera irregular al margen de ascensos o descensos puntuales. ¿cómo se debe actuar para garantizar una acogida digna a estas personas por parte de las autoridades?

Desde Fundación Adsis Canarias creemos que para que se dé siempre una acogida digna a las personas migrantes, independientemente del número de personas que lleguen a nuestras islas, lo primero que se debe hacer es no ofrecer respuestas improvisadas, de carácter temporal. Es necesario desarrollar una política migratoria estable y planificada que no vulnere los derechos humanos como está sucediendo en ocasiones en la actualidad. Además, pensamos que dicha acogida humanitaria tendría que tener carácter integral y estar coordinada con otras instituciones.

Asimismo, consideramos que en relación a periodos de detención se deben cumplir los plazos que marca la Ley; que se ha de garantizar la atención jurídica individual y la sanitaria en todos los casos, independientemente del colapso de los recursos; y que se debe tener en cuenta los deberes de las personas migrantes, pero también informar de sus derechos. Paralelamente, nos parece de vital importancia que se realice un trabajo de concienciación y sensibilización en la sociedad que favorezca la comprensión hacia este colectivo, para evitar oleadas de ataques racistas como las que se han vivido los últimos meses, con transparencia, evitando que colectivos en exclusión se miren como rivales.

En resumen, opinamos que la acogida a la persona migrante tiene que poner a cada persona en el centro. Esa es la filosofía de nuestra entidad. De esta manera es como se podrá dar respuesta a sus necesidades, las cuales no son las mismas en todas las personas. Tiene que ser como su nombre indica, una acogida humanitaria, por lo que no se puede adoptar una política deshumanizadora.

¿Cuáles son los principales problemas que pueden surgir a partir del hacinamiento y la incertidumbre que se vive en los diferentes campamentos de las islas?

En nuestra opinión son múltiples los problemas que pueden ocasionarse a consecuencia de esos aspectos, pues esas condiciones per se vulneran la dignidad de las personas.

Precisando un poco más, creemos que el hacinamiento de los recursos conlleva que no se atienda a la individualidad de cada caso, por lo que se proporcionan respuestas genéricas y poco flexibles. Este hecho también conlleva un retraso en trámites y cualquier gestión que dependa de la burocracia, debido a la alta demanda que hay frente al colapso de los servicios.

Otro problema que está siendo causa y consecuencia de este hacinamiento es el hecho de que se esté prohibiendo la movilidad de las personas, lo que conlleva que muchas historias que podrían ser de éxito se estén truncando, pues se les está impidiendo llegar a sus destinos para terminar con su recorrido migratorio, a pesar de cumplir con los requisitos que les permiten hacerlo. Y es que muchas de las personas que están ahora mismo en los campamentos de Canarias, o durmiendo en nuestras calles, tienen a familiares ya arraigados en otras partes de España o en países colindantes esperándolos para seguir haciendo su vida juntas o juntos en el nuevo destino.

También, desde toda la sociedad, estamos presenciando la creación de un limbo para las personas migrantes en el que no pueden hacer absolutamente nada, ni trabajar, ni estudiar, ni cumplir sus sueños. Lo que se ofrece en ese espacio es un bloqueo absoluto de las pocas posibilidades de integración que tiene este colectivo.

Añadiríamos también que las consecuencias de esos hacinamientos están afectando a nivel sanitario y psicológico. En el primer caso, por haber una inexistencia de protocolos de prevención contra la Covid-19. En el segundo, por favorecer que se den condiciones de incertidumbre y desinformación que generan trastornos ansiógenos, depresiones, etc.

La solidaridad de la ciudadanía está dando una respuesta más eficaz y rápida que las instituciones para garantizar unas mínimas condiciones básicas a estas personas, pero ¿qué debe exigir la ciudadanía a las autoridades para encontrar soluciones?

A día de hoy son innumerables las acciones que se han iniciado a pie de calle para dar respuesta a las necesidades básicas que tienen las personas migrantes, especialmente las que se han quedado en situación de sinhogarismo. Así, gracias a grandes grupos de ciudadanas y ciudadanos anónimos que se organizan formal o informalmente, muchas personas migradas pueden cubrir sus necesidades básicas, como la alimentación, la higiene, la vestimenta, el acompañamiento… Desde Fundación Adsis apostamos por esta ciudadanía comprometida, con valores sociales en pro de la igualdad y la justicia, por la que sentimos una mezcla de orgullo y admiración, pues esos grupos sociales que se mueven por la empatía y la fraternidad han hecho sombra a las acciones racistas que promueven grupos contrarios. No obstante, aunque esta cultura de la solidaridad ha de persistir de manera consolidada, no creemos que la labor de las autoridades deba desaparecer, porque la una no sustituye a la otra.

En nuestra opinión se debe exigir a las autoridades una revisión de las actuales políticas migratorias, se debe exigir el cumplimiento de los Derechos Humanos Universales, se debe impedir que se vulnere la dignidad de las personas, a la vez que creemos que se debe revisar la gestión que se ha venido haciendo, para detectar errores y no volver a repetirlos. Se deben reforzar los recursos que ya existen, para que no se colapse el sistema y se debe promover la integración de la migración en la planificación urbana involucrando diferentes actores, concienciando, sensibilizando…

¿Qué está pasando con los menores no acompañados?

Basándonos en la experiencia de los últimos años, en relación al acompañamiento a niñas, niños, adolescentes y menores extranjeros no acompañados, creemos que se les da un trato de protección hasta los 18 años, periodo en el que están bajo la tutela del Estado. Sin embargo, tras finalizar ese tiempo en el que se garantiza que todas y todas tengan cubiertas las necesidades básicas pasan dos cosas a destacar, las cuales se alejan bastante del término protección.

La primera de ellas es que al cumplir la mayoría de edad, cualquier joven nacional o extranjero, debe emanciparse sí o sí, tengan o no apoyo familiar. Esta realidad es muy difícil ya que el número de plazas de Centros de Emancipación en las islas es muy inferior a las que hay para menores, por lo que existe una proporcionalidad y muchas y muchos no tienen opción de acceder a dichos centros, de manera que solo les queda como alternativas recursos de personas sin hogar, o la calle.

En segundo lugar, si se pretende que esa emancipación se lleve a cabo de forma autónoma, por medios propios, también hablamos de un hecho casi imposible, especialmente cuando se trata de jóvenes migrantes, ya que para ello necesitarían permisos de trabajo y de residencia que no son fáciles de conseguir pues se les ponen unas metas muy altas. Esto se debe a que para conseguir un permiso de trabajo con esa edad tienen que obtener un contrato laboral de 40 horas semanales con una duración de un año. Desde nuestro punto de vista, como entidad especializada en trabajar con colectivo juvenil a nivel nacional, consideramos que es necesario reflexionar sobre este requisito, analizando si es realista exigir con 18 años un contrato de esas características, aún sin disponer del nivel básico del idioma y sin tener formación certificada en este país.

Respecto al trato que se les da a las y los menores extranjeros no acompañados, también queremos señalar que en los últimos meses se han detectado varios casos, algunos incluso con repercusión mediática, donde varios jóvenes han declarado ser menores y no se les ha creído, a pesar de tener documentación de su país de origen que indica su minoría de edad, porque no se consideran documentos válidos en España. Esto conlleva que se vulnera la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, de modificación parcial del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil y que se encuentren menores en desamparo expuestos a los riesgos y peligros de la calle, sin la protección que merecen por derecho.

Comprendiendo la crisis migratoria en Canarias con CEAR-Canarias

El informe Migración en Canarias, la emergencia previsible de CEAR-Canarias nos aporta las claves para entender la situación migratoria en Canarias dentro del contexto nacional y europeo. En este trabajo se explica de manera cronológica la situación vivida durante el año 2020 analizando las diferentes fases que han marcado su evolución y aportando luces sobre los problemas en la recepción y acogida de miles de personas migrantes que han conformado un escenario en 2021 deshumanizado que motiva que se hable de crisis humanitaria. Dicho informe finaliza con una serie de propuestas como aportación en un necesario diálogo y coordinación que debe haber entre la sociedad civil organizada que trabajan y colaboran en este ámbito, las propias personas migrantes y las autoridades competentes para alcanzar una respuesta humanizada, legal y coherente a esta situación.

Abordar la cuestión migratoria desde la emergencia, la improvisación y desde la política de las llamadas “islas cárcel” es lo que es un error por las consecuencias que pueden ocasionar tanto para las personas migrantes y para las personas residentes en los lugares de recepción.

Dicho informe evidencia mediante datos oficiales que se ha producido un descenso significativo de la migración irregular en Europa y España pese al aumento de llegadas de personas en situación irregular vía Italia y Canarias. En el caso del Estado español, debido a la crisis sanitaria por la pandemia de la Covid-19 y las medidas de reducción de la movilidad internacional, el número global de recepción de inmigrantes y de personas que solicitan asilo ha descendido, sin embargo ha habido un gran repunte en la llegada de migrantes a las costas canarias en situación irregular.

Sabemos que la ruta de Canarias no es nueva y que siempre se ha mantenido activa, aunque con descensos y repuntes. Esta constatación permite a CEAR-Canarias afirmar que “no se puede hablar de estar viviendo una situación de emergencia, sino de un fenómeno estructural, con diferentes ritmos de afluencia en el tiempo, y como tal, hay que abordarlo”. Desde este punto de vista, abordar esta cuestión desde la emergencia, la improvisación y desde la política de las llamadas “islas cárcel” es lo que es un error por las consecuencias que pueden ocasionar tanto para las personas migrantes y para las personas residentes en los lugares de recepción.

inmigrantes irregulares en canarias
Fotograma Migrar la mirada

Sin embargo, es falso que el repunte de llegadas de migrantes en situación irregular haya pillado por sorpresa. Ya en febrero de 2019, la Agencia FRONTEX -que es nada más y nada menos que la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas encargada de la protección de las fronteras exteriores de la Unión Europea y de los países asociados a Schengen- ya advertía en un informe de la reactivación de la ruta a Canarias. O sea, que ya desde inicios del año 2019 se conocía que se iba a vivir en un futuro muy próximo el aumento significativo de personas que llegarían en situación irregular a las islas.Sin embargo, tal y como apunta CEAR-Canarias, este conocimiento “no se tradujo en una necesaria estructuración de una respuesta institucional organizada para prevenir posibles restricciones en las capacidades de atención de las personas migrantes”. Esta falta de atención a una situación previsible, unido a las restricciones impuestas por la crisis sanitaria y la imposibilidad de que estas personas puedan trasladarse a la península y/o continuar su ruta migratoria hacia otros lugares de Europa -donde muchas personas tienen familiares y amigos con capacidad de recibirlos- ha dibujado un escenario deshumanizado, donde se han vulnerado los derechos humanos, truncado vidas y favorecido la emergencia de discursos de odio y bulos como los que se desmienten en el documental de Adsis Migrar la mirada.

Pero, ¿por qué se ha reactivado de esta manera la ruta a Canarias? Algunas posibles pistas para responder a esta pregunta también las encontramos en el informe de CEAR-Canarias, quienes apuntan las especiales particularidades de la misma y los posibles motivos que se pueden barajar para entender este aumento.

Sobre las particularidades se evidencia que es una ruta que tiene una enorme diversidad de puntos de salidas y que, por tanto, las características del viaje en cuanto a su duración y peligrosidad varían, aunque no por ello deja de ser en su totalidad una de las rutas más peligrosas. En el informe se apunta que “de acuerdo con datos del Ministerio del Interior publicados por el Defensor del Pueblo, un 52% provienen de Marruecos, un 20% de Senegal, un 18% de Malí y una menor proporción de Costa de Marfil y Guinea Conakry”. Asimismo, se anota que es una ruta muy masculinizada y que ha aumentado significativamente el número de menores de edad.

Algunas de las razones que esta entidad baraja como posibles causas del repunte de llegadas a Canarias son las siguientes:

  • Desviación de las rutas migratorias hacia la ruta del Atlántico motivado por la presión policial y el control de fronteras en la ruta del mediterráneo así como en Ceuta y Melilla, lo cual provoca la diversificación de los puntos de salida a lo largo de la costa de África Occidental.
  • Impacto de la pandemia de la Covid-19 al bloquearse o restringirse notablemente las rutas terrestres por las que las personas migraban entre países y, también, por el descenso notable de los ingresos en los países de origen por la recesión económica que ha acompañado a la crisis sanitaria.
  • Crisis humanitarias persistentes en África Occidental como son los conflictos en el Sahel (que desde 2019 ha motivado el desplazamiento de más de un millón de personas) y el conflicto que se vive en Malí.
  • Derivas en las relaciones con Marruecos en su rol de agente de contención en la frontera que lo coloca en una posición de poder en las negociaciones con la Unión Europea pudiendo vigilar con menor o mayor fuerza dichas fronteras según convenga a sus intereses.

No obstante, estas particularidades de la ruta canaria y los posibles motivos que se pueden barajar para entender el repunte de la misma no explican en su totalidad la crisis humanitaria que se vive en 2021 en las Islas Canarias en relación a la situación de las personas migrantes. Otro de los aspectos fundamentales a considerar es la política de contención promovida por la Unión Europea, es decir, el “modelo de las islas jaulas” que se ha puesto en práctica en Lesbos, Samos, Lampedusa, Ceuta y Melilla y que se ha cristalizado en el Pacto Europeo de Migración y Asilo. Dicho modelo se sustenta básicamente en frenar la movilidad de las personas migrantes conteniéndolas en las islas a la vez que se fortifican las fronteras mediante el aumento de control del FRONTEX y la generación de una política de disuasión de emprender el viaje migratorio hacia Europa. Y todo ello a la vez que se enfatiza la narrativa de las deportaciones de manera que -de cara a la galería, como comúnmente se dice- el freno a la movilidad de personas migrantes se compensa con la supuesta práctica de deportaciones sistemática a los países de origen o a países con los que la Unión Europea mantiene acuerdos de devolución, como son Marruecos y Mauritania. No obstante, según se explica en el informe, la mayoría de las órdenes de expulsión no llegan efectivamente a efectuarse debido a trabas burocráticas o a la negativa de los países de origen o nueva recepción a aceptar estas deportaciones.

Toda esta conexión entre falta de previsibilidad y exceso de improvisación por parte de las autoridades competentes, la reactivación de la ruta hacia Canarias y la política de contención de la Unión Europea siguiendo el modelo de “islas jaulas” ha provocado que en 2021 se esté hablando de crisis humanitaria y de vulneración ya no sólo de los derechos humanos ratificados en Convenios Internacionales sobre esta materia, sino también de los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución española, es decir, se está violando nuestro propio ordenamiento jurídico. Estamos hablando concretamente de falta de asistencia letrada, nula identificación para identificar perfiles de personas en situación de especial vulnerabilidad, retenciones ilegales de más de 72 horas, redadas con sesgo racial y condiciones inhumanas e insalubres como demuestran las imágenes que nos han llegado del muelle de Arguineguín (Gran Canaria) y el campamento de Las Raíces (en Tenerife)

Y toda esta vulneración de derechos -como no podría ser de otra manera y tal cual lo expresa CEAR-CANARIAS, no sólo afecta a las personas migrantes (las cuales indudablemente sufren las mayores consecuencias) sino también afectan “a la población de acogida, que acaba por dirimir todas sus frustraciones contra los recién llegados, generando un discurso antiinmigración y de conflictividad social preocupante y de difícil gestión si no se aborda de manera constructiva”.

El Plan Canarias ilustra perfectamente esta equiparación entre Canarias y una “isla cárcel”

Tal y como hemos adelantado, en el informe Migración en Canarias, la emergencia previsible encontramos un relato claro de cómo ha ido variando la situación en el ámbito migratorio en Canarias desde principios de 2020 hasta el año 2021, en el que se comienza a implementar el Plan Canarias, el cual ilustra perfectamente esta equiparación entre Canarias y una “isla cárcel”. A grandes rasgos este Plan se resume en la creación de campamentos de emergencia con un total de 7.000 plazas que se convertirán progresivamente en centros de acogida temporal a lo largo del año 2021 con 6.450 plazas. En este sentido, y como expone CEAR-Canarias, “el plan responde a una respuesta interministerial basada exclusivamente en la emergencia, para un fenómeno que tiene carácter estructural, facilitando alojamiento y manutención a las personas. Supone una apuesta por la política de bloqueo y devoluciones”.

Así, la entidad resalta que en 2006 con la llamada crisis de los cayucos el Ministerio de Empleo y Asuntos Sociales desarrolló un programa de “Acogida humanitaria para personas migrantes en situación de vulnerabilidad”. Este programa consistía en la planificación de una red de acogida y traslados por diferentes Comunidades Autónomas de la Península cuyo principio rector era la solidaridad territorial. Este programa es un ejemplo claro de como se puede evitar convertir a las islas en grandes campos de retención y demuestra, por tanto, que hay alternativas factibles al bloqueo que se ha implementado con el Plan Canarias y que fomenta -como consecuencia- la cronificación de los campamentos y del hacinamiento en el archipiélago.

Para finalizar, y como no podía ser de otra manera, se reproducen a continuación de modo sintetizado las propuestas planteadas por la entidad y que recomendamos consultar directamente en el informe que hemos estado analizando.

Propuestas:

  • Garantizar los derechos de todas las personas migrantes de acuerdo con el marco jurídico establecido.
  • Redimensionar el programa de acogida humanitaria dotándolo de una mayor estructura estable y flexible que desarrolle mecanismos de atención integral e inclusiva.
  • Activar y promover una política de traslados ágil, transparente y sistematizada, sin discriminación por razones de nacionalidad, desde las Islas Canarias a la Península.
  • Modificar los protocolos de atención a niños y niñas llegadas a costas para garantizar sus derechos y una distribución territorial que ponga sus intereses en el centro.
  • Instar a la Comisión Europea y al resto de Estados Miembros de la UE a fomentar un sistema de reparto solidario y justo de las plazas de acogida entre los países miembros.
  • Ampliar el alcance del Plan Canarias, promoviendo una mesa de diálogo para la definición de políticas migratorias en la que participen instituciones territoriales y ministeriales así como las organizaciones más relevantes del ámbito migratorio.
  • Crear un foro interterritorial (autonómico) e interministerial para dar respuesta inmediata a la situación migratoria en Canarias con el fin de activar los mecanismos de solidaridad territorial, garantizar el interés superior de los niños y niñas, y generar mecanismos de colaboración autonómica y local para la creación de redes de apoyo.
  • Generar un espacio estable de coordinación política de los fenómenos migratorios entre las Comunidades Autónomas.
  • Desarrollar un espacio de trabajo y concertación para la coordinación entre instituciones y agentes de la sociedad civil para el diseño de políticas públicas que aborden el fenómeno migratorio desde todas sus perspectivas.
  • Generar una línea clara de comunicación política positiva que neutralice el discurso del odio, acompañándolo de acciones que minimicen la conflictividad social.
  • Impulsar y desarrollar políticas de convivencia, integración y lucha contra la discriminación.
  • Profundizar y desarrollar estrategias que favorezcan la migración regular.

Conclusiones

En resumen, la falta de previsibilidad e improvisación de las instituciones, la reactivación de la ruta hacia Canarias y la política de contención de la Unión Europea que se está aplicando a través del Plan Canarias ha provocado una crisis humanitaria. Y hablamos de crisis porque se están vulnerando los derechos humanos, infringiendo principios fundamentales de nuestro propio ordenamiento jurídico, truncando sueños y proyectos de vida de miles de personas y generando una imagen deshumanizada de personas con historias de vidas muy diversas que se convierten en “masa”; una masa además que se percibe como amenaza por una parte de la población residente en Canarias por esta percepción de situación “excepcional” y “fuera de control” que se conjuga además con una delicada situación económica de muchos grupos de la sociedad canaria. Este escenario es un caldo de cultivo perfecto para los discursos del odio y para el florecimiento de toda clase de bulos como los que se desmontan en la docuficción Migrar la mirada creado por la fundación Adsis.

No obstante, no todo es negativo y entre lo positivo debemos destacar el surgimiento de redes ciudadanas y de personas anónimas que han surgido para dar apoyo, acompañar y asistir a las personas migrantes y que han llegado donde las instituciones y las autoridades no han sabido llegar.

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