De la placa a la Ciudad Museo de Los Llanos de Aridane
Sin desmerecer un ápice el valor de esta iniciativa, se debe apuntar que no estamos ante el primer ejemplo de museo en plena calle de Europa. Ni siquiera del Estado. El Festival Internacional Desordes Creativas de arte urbano, en el municipio gallego de Ordes; el Bosque de Oma, en Urdaibai; la Ruta de Las Caras en Buendía, en Cuenca; incluso el Museo Atlántico de Lanzarote, con sus esculturas al agua libre… Lo que tiene de único La Ciudad en el Museo. Foro de Arte Contemporáneo, o CEMFAC por sus siglas (a ver si acortamos un poco los nombres que esto parece una película de Iñárritu), es que las obras se pintan previamente en grandes paneles de madera, no son murales, y se cuelgan de las fachadas de los edificios gracias a unas estructuras de metal. Es decir, hablamos literalmente de emplear la ciudad como pinacoteca, colgando los cuadros de sus paredes, que en este caso son fachadas de viviendas.
Este proyecto germinó en 1999, año en que Los Llanos de Aridane cumplía 100 años ostentando el título de ciudad. Cuenta uno de los responsables de este proyecto, Ricardo Suárez, que se propusieron llevar a cabo algún tipo de conmemoración que fuera más especial que la clásica placa dorada que se desvela tras un pequeño telón, que a penas nadie advierte y todos olvidan. Pero, además, el proyecto también cumplió una función de lavado de imagen de la ciudad. En los años 60 y 70, la obsesión por el desarrollo urbano (tal vez sería más exacto decir obsesión por meter a más gente en menos espacio) fue, lo sabemos, sin orden ni concierto. Hoy por hoy vemos barrios centenarios como el de Guanarteme en Las Palmas de Gran Canaria y flipamos ante la extraña convivencia de bellísimos edificios de dos plantas, 7 vecinos y 100 años de antigüedad que colindan con enormes parcelas de acero negro desprovistas de todo gusto estético pero capaces de albergar a 3.000 personas. En Los Llanos se veían -y se ven- muchas de las altísimas medianeras blancas de los nuevos edificios, que superaban a los antiguos, dejando de pronto una serie de paredes color hueso enormes y vacías, incrustadas por el casco histórico. Algunos de los primeros cuadros que se colgaron en la ciudad quisieron llenar de arte esos vacíos.El alcalde de Los Llanos, a la sazón Juan Ramón Hernández Gómez, tuvo a bien impulsar esta iniciativa, seducido por su carácter innovador, y entendiendo que encajaba a la perfección con su proyecto de renovación de la ciudad. Suya es la iniciativa de peatonalización de la ciudad. Y así se instalaron las tres primeras obras: La ciudad de la mirada, de Francisco Rossique; Boulevard de melancolía en la ciudad de los gallos, de Hugo Pitti; y Las ciudades de San Borondón, de Fernando Bellver. Era la materialización de una locura fantástica. Hoy, cerca de unas 40 obras, con dimensiones que oscilan entre los 14 y los 140 metros cuadrados, visten las pálidas fachadas de la ciudad palmera.
Un museo son sus obras
Pero la trascendencia de un museo no se mide por lo interesante de su propuesta, sino por el valor real de sus obras. Y esa doctrina se la aplicaron los del CEMFAC como parche en chamarra de metalero. El nivel de las colaboraciones es grandioso y también sorprendente para un proyecto tan local. Javier Mariscal es probablemente el artista más importante de los que componen el museo. Diseñador de multitud de portadas de la revista The New Yorker, la publicación cultural más importante del mundo (probablemente, siempre probablemente), creador de Kobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, el cartel de Los amantes pasajeros de Pedro Almodóvar, dibujante de la película de animación de Fernando Trueba Chico y Rita…Y, colgado sobre una estructura de acero galvanizado en una fachada muda de Los Llanos de Aridane tiene colgada su obra La gran ola, donde continúa jugando con las perspectivas y los colores, pero renuncia a su clásico estilo lleno de trazos continuos, cubismos y figuras caricaturizadas, creando una especie de fondo marino tipo La sirenita, con detalles muy reconocibles como uno de esos perros tan suyos, que podrías ser de la misma manada que Kobi. Junto a Mariscal, el gran artista urbano Okuda San Miguel, que ha expuesto sus obras por todo el mundo, desde Italia hasta Estados Unidos, y que cuelga en una medianera del CEMFAC su Pop’s Descent, siguiendo su estilo lisérgico, extremadamente colorido y geométrico, empapado de una vocación de protesta contra el capital y las grandes multinacionales. Boa Mistura, Luis Mayo o Andrés Rábago, ‘El Roto’ (con cuya obra La Ofrenda, el CEMFAC asistió a la célebre exposición madrileña de arte contemporáneo ARCO, donde instalaron una maqueta transitable de Los Llanos de Aridane), son otros de los grandes nombres que completan el plantel de artistas a nivel nacional. Y a nivel canario podemos hablar de Matías Mata, ‘Sabotaje al Montaje’, uno de los más importantes graffiteros y muralistas de las Islas, con quien ya hablamos en Alegando Magazine, también Carmen Cólogan, Hugo Pitti o Pedro González.
Un museo que avanza en derredor
Es interesante destacar que no solo hay pinturas en el CEMFAC, también se han instalado esculturas, como es caso de la obra La Búsqueda, del escultor Julio Nieto, que en 2018 fue trasladada a Dakar, en Senegal, para ser expuesta frente al consistorio de dicha ciudad, en el contexto de la Biennale de Dakar, uno de los festivales más importantes de arte africano contemporáneo. Por otra parte, también se pueden ver fotografías de gran formato en el CEMFAC, y detrás de ellas se esconde una curiosa historia de superación de los escollos. En 2008, cuando la crisis económica comenzó a acuciar como nadie se atrevió a imaginar, los organizadores del CEMFAC sufrieron un terrible encarecimiento en los materiales en los que se creaban las obras: las estructuras de metal de soporte, las maderas apropiadas para los cuadros, los materiales de preservación… Fue así como se les ocurrió comenzar a exponer fotografías, un tipo de obras que no requiere tanta inversión en su elaboración. Hoy en día el museo cuenta con obras de fotógrafos de un nivel excelso, como los Premio Nacional de Fotografía Chema Madoz, o la recientemente fallecida Ouka Leele, así como artistas canarios como Karina Beltrán.
El caso de Dakar no es el único ejemplo de expansión internacional del CEMFAC. En junio de 2022 se llevó a Martinica una obra del conocido artista urbano francés 3TTMan. A la vez, se están haciendo colaboraciones como la de la Biennale de Dakar en festivales de Costa Rica, Guinea Ecuatorial, Colombia. El proyecto, asimismo, ha llamado la atención de varias entidades e instituciones educativas y culturales. Han asistido a universidades como la Francisco de Vitoria en Madrid, y desarrollan una labor de exportación enfocada a llevar el concepto del CEMFAC a otras ciudades y ecosistemas urbanos. “Estamos intentando crear una red de museos de arte público en la calle”, palabras de Ricardo Suárez.
Un entorno sincero con su arte
Quepa una mención especial al profundo compromiso del CEMFAC con las mujeres artistas y la iniquidad con que la historia las ha soslayado. El museo hace una apuesta declarada por visibilizar a creadoras de gran calidad y, en algunos casos, menos notoriedad de la merecida. Es el caso de, por ejemplo, la magnífica y jovencísima muralista gallega Lidia Cao, que ha ido llenando las fachadas de gran parte del norte de España y de algunos edificios de Europa con preciosos retratos de mujeres, siempre en tonos apagados y tendentes al azul o morado, que recuerdan a la tradición japonesa del anime, con sus trazos finos y rostros estilizados. El pasado julio se colgó en el CEMFAC Reforestación interna, una alegoría sobre el cuidado de la salud mental y el reencontrarse con una misma. Podríamos nombrar también a la antes mencionada Carmen Cólogan, Mina Hamada, Sara Fratini… entre otras.Lo que está claro es que La Ciudad en el Museo. Foro de Arte Contemporáneo constituye un ejemplo de institución cultural de primer nivel, hecha en exclusiva para el público, que es al mismo tiempo el custodio de las obras, pues al hablar de público no nos referimos al turista sino primordialmente el vecino de Los Llanos Aridane; y que no da la espalda a cuestiones sociopolíticas que le afectan directamente. Y eso, hoy por hoy, se agradece mucho.
Recursos Bibliográficos
- Canarias Ahora (27 de abril de 2022). El colectivo artístico Boa Mistura regresa a Los Llanos seis años después para restaurar el icónico ‘Querer volver’
- Daniel García Rojas (2022) Un museo de arte contemporáneo en la calle que es único en el mundo. El Escobillón
- El Apurón (2022) «Pop’s descent», de Okuda San Miguel, ya cuelga en una de las paredes del CEMFAC
- ElTime (6 de mayo de 2018) Una escultura del CEMFAC aterriza en Senegal