Armando Ravelo es un director de cine que está revolucionando el panorama canario. Obras como Ansite y Mah suponen un antes y un después en la representación cinematográfica de los antiguos canarios. Su último corto, La Cueva de las Mujeres, se desplaza a la posguerra franquista para rendir homenaje a las canarias que mantuvieron vivas ciertas prácticas espirituales procedentes de la raíz indígena de las Islas, pese al temor de ser juzgadas por brujas. Un trabajo que ha generado una enorme expectación entre el público y cuyo estreno podremos disfrutar el 14 de octubre en Gran Canaria (Víctor Jara) y el 26 de octubre en Tenerife (Aguere Cultural).
¿Cómo nació tu pasión por el cine? ¿y por Canarias?
Mi pasión por el cine nace desde muy temprano, cuando me planteo cuál es la mejor forma de transmitir algunas historias que me venían a la mente. El cine reunía todo, las palabras, las imágenes y el sonido, así que me pareció la mejor herramienta. Pero creo que mi auténtica pasión es contar historias, el cine es un medio muy potente e impresionante para hacerlo.
Con el tiempo, mi propio entorno se convirtió en un fértil campo donde sembrar esas historias, y creo que el interés vino precisamente del gran desconocimiento que tenía sobre las islas. Lo que iba descubriendo me entusiasmaba, y sigue haciéndolo.
¿Qué historia cuentas en tu último corto La Cueva de las Mujeres?
Cuento una historia sobre lo que nos conecta con el pasado y también con el futuro. Los que estuvieron antes forman parte de lo que somos ahora, y dar la espalda a esa realidad es dar la espalda a demasiadas cosas importantes.
Canarias vive mutilada cultural y socialmente, tenemos una desmemoria feroz y pegajosa. Pero aquí ocurrieron cosas, vivieron personas dignas de conocer y la realidad de la mujer es especialmente significativa en nuestra historia. La Cueva de las Mujeres habla sobre cómo se intentó demonizar una realidad muy bella de las islas, metiendo en el mismo saco al satanismo con los resquicios de ancestralidad canaria bajo el sello de la brujería. Es una historia femenina, llena de misterio y preguntas importantes. Ojalá hayamos dado con la clave en algunas respuestas.
Canarias vive mutilada cultural y socialmente, tenemos una desmemoria feroz y pegajosa.
¿Qué te llevó a interesarte por el mundo mágico-religioso que pervive en la cultura popular de Canarias?
Seguir el hilo. Cuando encuentras una joya en una mina sigues escarbando en busca de más. Y he dado con esa realidad que me llena y me da mucha satisfacción. Creo firmemente que la herencia espiritual de un pueblo es importante para entenderlo, y en Canarias necesitamos reconectar con parte de esas realidades para poder seguir adelante de la forma más sana. Me aterroriza la idea de enclaustrar la idea de espiritualidad a determinada formulación sectaria, de una u otra índole. El alma del ser humano, entendida desde un punto de vista profundo, merece y debe ser cultivada.
¿Crees que las prácticas mágico-religiosas ejercidas por algunas mujeres canarias fueron una herramienta de resistencia frente al patriarcado?
Absolutamente. Es significativo que esas tradiciones ancestrales se llevaran a cabo por mujeres a las que era muy fácil acusar ante el poder religioso y gubernamental, poderes masculinos. Muchas brujas ejercieron una resistencia femenina y dignificaron los conocimientos ancestrales. En Canarias confluían muchos tipos de brujería, ya que la mezcla de culturas daba pie a eso, y los que mandaban no diferenciaron entre las que hacían amarres y mal de ojo y las que vertían leche en cazoletas o bailaban con el ganado para pedir fertilidad.
Muchas brujas ejercieron una resistencia femenina y dignificaron los conocimientos ancestrales
La Cueva de las Mujeres y Mah tratan de historias protagonizadas por personajes femeninos, ¿de dónde surge esta necesidad?
Creo que las historias interesantes están en la gente rebelde. En las personas que trataron de cambiar las cosas o de resistir ante las injusticias. Hay demasiadas historias de gente poderosa, reyes, nobles, privilegiados. Qué hay más rebelde que salir de madrugada a una cueva a seguir cultivando tus creencias frente a la opresión más violenta y descabellada. Las mujeres han sido las grandes resistentes de la historia. Es hora de conectar con sus historias y ponerlas en valor. Esto no quiere decir que los hombres no tengan cabida, pero los personajes femeninos me parecen cada vez más fascinantes.
Siguiendo con Mah, este corto rompe la visión idealizada del universo indígena, ¿crees que aún pervive una visión romántica de los antiguos canarios?
Puede ser que algunas personas sigan teniendo esa visión injusta del pasado. Injusta porque la realidad es que gente del pueblo común sufrió por designios de gente que mandaba, tal cual hoy día, tal cual ha sido siempre en todas partes a lo largo y ancho del mundo. Pensar que esto fue un lugar ideal y perfecto siempre, sin injusticias sociales, es mancillar el recuerdo de gente que lo pasó mal y que en algunos casos se levantó en contra de dichas injusticias. Quizá, dentro de este argumento, la figura de Doramas sea la que más sirva para ilustrar esta situación, un plebeyo que se alza contra los abusos de los nobles y que sólo se unió a ellos cuando fue necesario durante la resistencia a la invasión.
¿Cómo fue el proceso de rodar en lengua amazigh los cortos Ansite y Mah? ¿Con qué dificultades te encontraste?
En realidad el lenguaje fue algo maravilloso, una pieza perfecta para la historia. Como el vestuario o el maquillaje, ayudó al elenco a meterse en los personajes. De todas maneras, es algo que me gustaría perfeccionar en futuros proyectos, trabajar más la sonoridad del lenguaje.
En tus trabajos la labor de documentación es muy relevante. ¿Qué fuentes consultas? ¿Cómo es el proceso?
Leo mucho, las fuentes, los estudios más actuales, consulto a uno y a otro, historiadores, arqueólogos, etc. Luego debo tomar decisiones que nunca causan consenso porque es un asunto complejo en donde muchos piensan tener la verdad absoluta y si algo sé es que a día de hoy es imposible tener una certeza absoluta sobre cómo representar visualmente a los antiguos canarios.
En el caso de La Cueva de las Mujeres el proceso de toma de decisiones fue mucho más sencillo y menos estresante. Sobre los años 40 hay mucha información visual y escrita, e incluso pudimos hablar con gente que los vivió.
Uno de los elementos más interesantes de Ansite es que focalizas el relato histórico desde el punto de vista indígena, desde el sujeto colonizado. ¿Qué te llevó a ello?
Ver cine hecho fuera. Veía las películas de vaqueros y ellos contaban su historia desde su punto de vista, americano. Los japoneses contaban la historia desde el punto de vista del samurái. ¿Cómo debía ser si hacía una obra sobre los antiguos canarios? Pues desde el punto de vista de los canarios. Es mi pueblo y es lo natural, no hay nada extraordinario en ello.
¿Cómo explicarías el cambio en la representación cinematográfica de los pueblos indígenas de Canarias? Es decir, ¿qué ha permitido pasar de una producción como Tirma (1954) a Ansite?
Calculo que Tirma poseía potencialmente 30 veces más presupuesto que Ansite. Son representaciones totalmente distintas. Ansite existe gracias a que mucha gente puso empeñó en seguir mi idea, aunque económicamente fue un descalabro absoluto.
La tribu de las 7 islas es tu primer filme y aunque trates la realidad indígena, lo haces de una manera diferente a la de tus otros trabajos, ¿esto a qué se debe?
La Tribu de las 7 Islas viene de un proyecto teatral diseñado para niños. Surgió la idea de llevarla al cine y tiene ese espíritu de película familiar, de aventuras, una aproximación fantástica que mezcla elementos culturales de los antiguos canarios con su mitología de una manera que se asemeja mucho al cine de corte similar producido en los ochenta.
Háblanos del Proyecto Bentejuí para aquellos que no sepan de qué trata
Es sencillamente una plataforma para contar historias ubicadas en la historia de las islas, ya sea en formato cine, teatro, novela o cómic. De momento hemos sacado tres cortometrajes, dos obras de teatro y un largometraje familiar.
¿Cómo valoras el panorama cinematográfico actual de Canarias?
El de las películas producidas desde las islas es un panorama esperanzador, hay un movimiento interesante. El reto es terminar de dar el salto, ser exigentes con nosotros mismos para adquirir los medios y la exposición necesaria para lograr ubicarnos en el mapa. Para ello abandonar la queja y sumar es primordial.
El de las películas producidas desde las islas es un panorama esperanzador, hay un movimiento interesante
Si estuvieses en un cargo de responsabilidad en el área de cultura de algún Cabildo o del Gobierno de Canarias, ¿qué principales medidas tomarías para impulsar la escena audiovisual canaria?
Trabajaría desde abajo, seguiría a las nuevas promesas, motivaría e incentivaría a los más jóvenes. Esa es la base. A partir de ahí sólo hay que seguir la sinergia, alentar, apoyar, crear el ambiente necesario, generar encuentros entre la inversión y los creadores, motivar a las productoras a desarrollar proyectos desde las islas, aparte de lo que ya se hace, que es básicamente ofrecer las islas como platós.
¿Que directores de cine canarios admiras?
Admiro a varios directores canarios. Por supuesto a los hermanos Ríos, pioneros no sólo del cine canario sino también de la cultura propia. También admiro a Fresnadillo, Juan Carlos Falcón o Elio Quiroga, por ejemplo. Las islas han sido un lugar fértil para el talento, pero ojalá no se hubieran rendido otros tantos por el camino.
Volviendo otra vez a La Cueva de las Mujeres, ¿qué le dirías a la gente para que se animen a asistir al estreno?
Es un trabajo hecho con toda el alma, creo que despertará muchas sensaciones en los espectadores.
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