El turismo y la construcción son el motor de la economía de Canarias, y el uso de la arena del Sáhara Occidental su estrategia. La edificación de hoteles y la regeneración de playas con jable rubio dibujan un destino vacacional ideal para cualquiera. Sin embargo, el lugar del que se extrae este recurso vive una realidad convulsa, lo que pone en duda si el beneficio económico que recibe el Archipiélago por su utilización rebota en el bienestar de las familias saharauis y, por ende, el carácter lícito de este comercio.
Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) describe la situación actual de este pueblo como “una de las crisis humanitarias más duraderas de la historia”. España desocupó este territorio en 1976. 42 años después, Marruecos y el Frente Polisario (movimiento de liberación que aboga por la autodeterminación saharaui) continúan enzarzados por el control de la zona, que forma parte de los 17 territorios que, de acuerdo con la ONU, siguen pendientes de un proceso de descolonización. Acnur estima que casi 165.000 refugiados saharauis “conviven en campos habilitados” a la espera de que se estabilice la situación.
La ausencia de resoluciones para este conflicto ha generado múltiples controversias en la Comunidad Internacional y debates acerca del comercio de los recursos del Sáhara Occidental. El Secretario General Adjunto de Asuntos Jurídicos de la ONU en 2002, Hans Corell, fue pionero en cuestionar el carácter ético de estos intercambios. En su propuesta, planteó la necesidad de tener en cuenta los intereses y deseos del pueblo saharaui en las actividades relacionadas con los recursos minerales de este territorio no autónomo. El documento favoreció el freno del intercambio de petróleo, pero no de otro tipo de materias como la harina de pescado o la arena.
La Unión Europea (UE) también se ha pronunciado en distintas ocasiones. La última de ellas tuvo lugar el pasado 27 de febrero de 2018, cuando se concluyó que la zona del Sáhara ocupada por Marruecos debía quedar fuera de los acuerdos pesqueros entre dicho país y la UE.
El comercio mundial de arena se erige como el segundo de mayor importancia, por debajo del agua y por encima del petróleo
Dura Bulk, uno de los barcos que transporta arena del Sahara
No hay sentencias que determinen el carácter ilegal de la compra y venta de arena. Si bien es cierto que, un precepto que se menciona de forma reiterada en los informes es que las ganancias del tráfico en cuestión se deben traducir en beneficios para la población. Mientras tanto, Canarias mantiene conexiones directas con el puerto de El Aaiún, la ciudad principal del Sáhara Occidental. La Agencia Nacional de Puertos de Marruecos resalta en su web la importancia de esta infraestructura y concreta que exporta al año unas 5 millones de toneladas de fosfato, hidrocarburos y arena al resto del mundo. Asimismo, la proximidad geográfica y los lazos históricos con el Archipiélago facilitan y potencian el papel de las Islas en estas actividades comerciales.
Tal y como publicó la revista de análisis e investigación 360 en el mes de marzo, en el reportaje “La arena del vecino”, el Dura Bulk es uno de los barcos que transporta la arena desde El Aaiún hasta la comunidad canaria, junto al Oak o el Trío Vega. El buque, según este medio, tiene una capacidad de carga de 3.007 toneladas y atracó en Tenerife 59 veces entre 2012 y 2017, de acuerdo con los datos de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz. Esto sumaría un total aproximado de más de 170.000 toneladas de arena descargadas en el puerto chicharrero en cinco años.
Respecto a Gran Canaria, 360 justifica que no es posible el acceso al histórico a las escalas de la Autoridad Portuaria de Las Palmas y que, por tanto, no se puede calcular la cantidad de arena que ha llegado a la isla. Sin embargo, la aplicación online Marine Traffic permite observar el movimiento de buques a nivel mundial. Solo en los meses de noviembre y diciembre, el Dura Bulk atracó ocho veces en Gran Canaria. “Si mantiene esta regularidad, supondría una media de 32 llegadas anuales directamente desde el puerto saharaui y las importaciones alcanzarían 601.400 toneladas desde 2012 hasta 2017”, subraya el medio.
Playas canarias “fabricadas” de arena del Sahara
En los últimos meses, Lanzarote planeó sumarse a esta tradición e importar arena del Sáhara para rellenar dos playas artificiales, una en Los Ancones y otra en Los Charcos. Ambos espacios están en Costa Teguise, uno de los puntos con más tránsito turístico de la isla conejera. El Centro de Datos del Cabildo de Lanzarote, valiéndose de la Encuesta de Alojamiento Turístico elaborada por el Instituto Canario de Estadística (ISTAC), lo sitúa como el tercer núcleo turístico con un total de 57.598 viajeros alojados en 2014. Por encima están Puerto del Carmen, con 81.152, y Playa Blanca-Puerto Calero, con 75.703.
El gran flujo de personas que posee Costa Teguise es una de las causas que explica que el proyecto pueda generar unos ingresos, cifrados por eldiario.es, de 1,3 millones de euros en 25 años aproximadamente. Esta iniciativa no es innovadora. Su precedente más conocido es el de la playa de Las Teresitas, una de las marcas de distinción de la capital de Tenerife. En 1973 se cubrieron sus 1.300 metros de longitud con arena del Sáhara, lo que requirió la importación de 270.000 toneladas y un gasto de 50 millones de pesetas, 300.500 euros, tal y como concretó en 2013 el diario La Opinión de Tenerife.
En Gran Canaria, el caso más sonado ha sido el de la remodelación en 2017 de la playa de Tauro, situada en el sur de la Isla. El proyecto consistió en sustituir la costa de callaos por arena rubia importada desde El Aaiún. La empresa Anfi se encargó de ejecutar esta actuación, para la que fueron necesarias 70 mil toneladas de arena y una inversión de 2,5 millones de euros, según publica 360.
La controversia no solo giró en torno al posible “expolio” de recursos del pueblo del Sáhara Occidental, sino que también se puso en cuestión la calidad del árido. Por este último motivo, el Seprona, organismo de la Guardia Civil encargado de velar por la Protección de la Naturaleza, tuvo que intervenir ante los planteamientos de la Federación Ben-Magec, Ecologistas en Acción, que ponían sobre la mesa el posible impacto medioambiental de la obra.
¿Cuál es el impacto medioambiental del extractivismo de áridos?
La extracción e introducción de recursos desde su lugar de origen hasta su destino no deja indiferente a la naturaleza. En el caso de la arena, los efectos son de especial magnitud. Y es que, el comercio mundial de este material se erige como el segundo de mayor importancia, por debajo del agua y por encima del petróleo. Su tráfico oscila en torno a los 18.000 millones de toneladas al año.
La ONU ha incluido esta cuestión en su Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. “Reconocemos que el desarrollo social y económico depende de la gestión sostenible de los recursos naturales de nuestro planeta”, estipula el precepto 33 de este documento, el mismo epígrafe que plantea la relevancia de proteger la diversidad biológica y los ecosistemas. Y es que el desplazamiento asiduo como la constante sustracción de este material suponen una alteración para los seres vivos que habitan en la arena, ya que se trata de una irrupción en los movimientos naturales del árido.
